Un Mundial más, Europa ha vuelto a conquistar el mundo. Desde 2002 no se ve un campeón que no sea del Viejo Continente y la brecha con América se sigue agrandando. El triunfo de Brasil en Corea y Japón fue el último y sólo Argentina ha logrado pisar una final desde entonces.
Italia, España, Alemania y ahora Francia han dominado el fútbol internacional dejando fuera de combate a los tres únicos países no europeos que tienen estrellas cosidas en el pecho. Además, Colombia no ha terminado de dar el salto que le convierta en aspirante a ganar el Mundial. Chile, la otra aspirante por potencial, ni siquiera logró clasificarse. Estados Unidos anda lejos y a México se le siguen atragantando los octavos de final de manera dolorosa.
Uruguay no logra un campeonato desde 1950 y el milagro del fútbol uruguayo, semifinalista en Sudáfrica, sufre para seguir estirando un chicle que ha mantenido intacto Tabárez con esta generación dorada uruguaya. Argentina no encuentra la manera de aprovechar a Messi y desde la exhibición de Maradona en 1986 no ha vuelto a levantar una Copa del Mundo. La final de 2014 les dejó muy cerca, pero Götze finiquitó toda esperanza en la prórroga.
Para esperanza la de los brasileños, que se aferran a Neymar para que les devuelva una corona que han saboreado hasta en cinco ocasiones. El hexacampeonato se resiste desde 2002. Ni siquiera una final por el camino, plagado de caídas en cuartos de final y la dolorosa semifinal de hace cuatro años con la inolvidable derrota ante Alemania.
Los años siguen pasando y hay generaciones que no han visto ganar a alguna de las tres grandes que conforman el palmarés de los Mundiales. Brasil, Argentina y Uruguay se mantienen en la memoria de muchos, pero no han conseguido revalidar su presencia. Mientras Europa disfruta de una racha histórica, América se encoge, intentando recordar qué se siente estando ahí. Levantando la misma copa que Lloris subió al cielo de Moscú. Pero tocará esperar cuatro años. Quizá en Catar...