Su vida transitaba por una alfombra roja. Se le auguraba un gran porvenir merced a su excelsa calidad. Incluso pudo haber acabado en algún grande. Pero todo se torció. El marroquí mostró indicios de recuperación.
De hecho, su tremendo caño a Erokhin, ya goleando a los rusos, fue elegido por la UEFA como el regate del día. Y no fue para menos.
Adel Taarabt, como era habitual en él, demostró su gran especialidad: hacer túneles a los rivales. Una jugada para recrearse en ella una y otra vez.
A sus 30 años, en Lisboa hay quien piensa que todavía tiene mucho que decir. De hecho, su club lo renovó recientemente convencido de ello.
10 de diciembre de 2019