Hay quien cree que el estilo de España tocó techo con la Eurocopa de 2008, y que los éxitos de Sudáfrica 2010 y Polonia-Ucrania 2012 sólo sirvieron para huir hacia adelante, haciendo que la caída fuera más dolorosa.
Se dice que España no ha jugado nunca tan bien desde aquella Eurocopa de Austria y Suiza, pero jugando sin brillantez se logró un inesperado campeonato del mundo y otra Eurocopa.
La necesaria renovación nunca llegó. La vieja guardia se fue haciendo a un lado poco a poco. Demasiado poco a poco. No hubo una renovación como tal.
En Rusia, España se plantó con gran parte del núcleo que alcanzó la gloria en Johannesburgo: Ramos, Piqué, Busquets, Iniesta, Silva. Sí, hubo renovación, pero la convocatoria se articuló en torno a estos cinco, con Reina en el banquillo.
Ninguno baja de los 30 años. Era cuestión de tiempo que dejasen su sitio a la siguiente generación, los Isco, Asensio, Koke, Saúl, Thiago...
No pocos se han echado las manos a la cabeza al imaginar una España sin Iniesta y Silva organizando el juego, pero a la vista de su rendimiento en el Mundial, quizá su marcha haya sido el empujón necesiario para el renacimiento de la Selección.
Iniesta llegó al Mundial siendo un jugador con fuelle para media hora, una completa como mucho. Silva venía de jugar 40 partidos y casi 3.200 minutos de juego, y estaba en la reserva. Pese a todo, el juego de España lo organizaron ellos.
Lo de Piqué es diferente. Fijo en el centro de la zaga junto a Ramos, ya en su club ha comenzado a ser cuestionado, y el haberse mantenido firme en su decisión de dejar 'la Roja' tras el Mundial le honra.
Pero su hueco será difícil de cubrir. Más que el que dejan en el centro del campo Silva e Iniesta. Es en la zaga, y no en la medular, donde está el gran problema de España.
Luis Enrique tiene ante sí la no poco difícil tarea de volver a armar un grupo ganador. La de hacer grupo con lo mejor de los mejores equipos. Ha llegado la hora de pasar página.
El seleccionador asturiano tiene una oportunidad única de implantar un nuevo estilo futbolístico a la Selección. O bien, la ocasión de renovar de una vez por todas el vetusto 'tiqui taca' que terminó ahogado en su propio éxito.
En Wembley tendrá lugar su bautismo de fuego. El de una Selección Española renovada a golpe de retirada. A partir de su convocatoria, prevista para finales de agosto, veremos qué tiene en mente Luis Enrique.