El West Ham llegaba al encuentro en la zona media-alta de la tabla con ocho puntos y dos triunfos consecutivos. Por su parte, el Aston Villa lo hacía con más urgencias, ya que estaba en descenso con una sola victoria en cuatro jornadas.
El cuadro de Manuel Pellegrini demostró sobre el césped su mejor situación clasificatoria. Pero no lo hizo en las áreas. Allí, ni unos ni otros lograron desequilibrar el encuentro.
Los visitantes llevaron más peligro en sus acciones.Aunque el dominio no fue ni mucho menos arrollador. El balón no tuvo un dueño claro, pero cuando estaba en poder de los 'hammers' el trato y el peligro que le acompañaba era distinto.
Por su parte, el Aston Villa vivió de algún arreón incitado por la grada. Los locales dejaron patente sobre el césped por qué se encuentran en esta situación, sobre todo en la primera parte.
En la segunda, la expulsión por doble amarilla de Masuaku a mediados de la misma cambió el guion. El West Ham pasó malos momentos, se metió atrás y el Aston Villa comenzó a visitar el área defendida por Fabianski.
Sin embargo, el miedo se le fue quitando con el paso de los minutos al cuadro visitante. La entrada de Pablo Fornals le dio más talento al ataque, si bien el español no anduvo acertado en la toma final de decisiones.
Al final, los porteros no sufrieron tanto como podían temer y el resultado no se movió. Ambos equipos se reparten un punto, pero en imagen y sensaciones sí que hubo un ganador en Villa Park.