El Manchester City se enfrentará al Aston Villa en la final de la EFL Cup pese a perder ante su rival de la ciudad en el derbi de vuelta. Los de Pep Guardiola cedieron por 0-1 y volvieron a hacer patentes sus grandes problemas en ambas áreas. Unas deficiencias que han impedido que luchen por el título de la Premier League con un intratable Liverpool y que tienen en vilo al técnico de cara a la Champions.
Y eso que los celestes olvidaron el cómodo 1-3 que consiguieron en el encuentro de ida y se centraron en intentar asegurar la clasificación por la vía rápida. El Manchester City dominó y se gustó en el comienzo. Hasta en tres ocasiones claras tuvo que intervenir De Gea para evitar un tanto que hubiera finiquitado la semifinal.
A los 'red devils' no se les veía cómodos. Era el mismo planteamiento con el que lograron vencer hace no mucho en la Premier League, pero esta vez no les bastaba con un triunfo por la mínima.
Con todo, el City, como siempre esta temporada, empezó a desesperarse ante su falta de puntería. Y el United, sin ocasiones de peligro ni llegadas que sirvieran de aviso, se metió casi de casualidad en la eliminatoria. Fue en una falta absurda que los 'red devils' metieron en el área y que Matic voleó a la red para llevar la ilusión a la hinchada visitante.
Desde el 0-1 al descanso, los de Pep Guardiola no volvieron a ser los mismos. No encajaron bien el tanto y la preocupación empezó a ser patente en las caras de un equipo que se sentía clasificado de antemano.
Pero el United no abandonaba su lema de defender primero. Ni tan siquiera con los atrevidos cambios de Solskjaer tras el descanso. Hasta el 55' no llegó el segundo tiro de los visitantes, que necesitaban un gol para los penaltis y ni por esas se volcaban sobre la portería de un inédito Bravo.
Tampoco el City se fiaba y pasó a olvidar un poco los ataques alocados para buscar los contragolpes y la posesión anodina. Con todo, los celestes estuvieron cerca de sentenciar, pero no tuvieron su día. Sterling envió por arriba un mano a mano tras regatear a De Gea y al Kun Agüero le pilló adelantado un pase en el que sí que había hech el 1-1.
Entre falta y falta alocada de Otamendi, que acabó poniendo de los nervios a Pep y hasta a sus compañeros, el técnico utilizó la cabeza y perdió el tiempo para que el partido muriera con el 0-1. Para entonces, el United ya se encontraba con uno menos por la roja al protatonista del choque, un Matic encendido que cortó un contragolpe olvidando que ya tenía una amonestación por su verborrea.
No hubo un arrebato final de los visitantes, pero tampoco una prestación como esta le servirá al City en Champions ante un Real Madrid de Zidane que cada día que pasa asusta más. Todo lo contrario que unos 'citizen' que, pese a todo, estarán en otra final a las órdenes de Guardiola.