Por temas políticos y económicos, los aficionados al fútbol de Corea del Norte tuvieron problemas para salir del país y animar a la selección en el Mundial de 2010.
Pero esto se arregló gracias a que el Comité Deportivo de Corea del Norte se puso en contacto con la empresa 'Sports Managment Group', que se encargó de reclutar a estos seguidores.
En las gradas de cada partido de Corea del Norte los que animaron no eran norcoreanos, sino fans chinos pagados para dejarse la voz animando a un equipo que no era el suyo en realidad.
El 15 de junio de 2010, Corea del Norte perdió ante Brasil por la mínima diferencia en un día en el que los chinos coparon las gradas.