Se esperaba mucho más de un Bayern-Leipzig. El tirano del fútbol alemán contra la revelación de las dos últimas temporadas. Tercero contra cuarto. Y el partido defraudó.
No hubo goles en más de 80 minutos, y apenas 6 disparos entre los tres palos entre los dos equipos en los 90 y muchos que se disputaron por el tiempo que se jugó de más.
Hubo, eso sí, un héroe. Ese fue Franck Ribéry, suplente ante el Leipzig, pero 'cuasi-titular' por la lesión de Gnabry a los 25 minutos de partido.
El primer tiempo transcurrió sin más incidencias que un par de palos. El primero, de Lewandowski; el segundo, de Upamecano. La igualdad era total.
En el 61' entró otro hombre llamado a ser protagonista del encuentro, pero por razones en parte equivocadas: Renato Sanches. Ahora iremos con él. Primero, el desenlace. Luego, el 'bonus track'.
Minuto 83. El Bayern busca el gol del triunfo para evitar un tropiezo que no permitiría aprovechar al máximo a los bávaros la derrota del hasta ayer imbatible Borussia. Renato la puso y Ribéry la remató a gol.
Celebraba el Bayern el gol del triunfo, pero aún quedaba mucho partido. Con los nervios a flor de piel, a Ilsanker se le cruzaron los cables y realizó una entrada criminal que le costó la roja directa.
En la tangana posterior, Renato Sanches se vistió de villano, empujó a un rival y vio la segunda amarilla. A la calle también. Por fortuna, el partido no duró mucho más y no hubo que lamentar más incidentes.
Los tres puntos se quedaron en Múnich, y la distancia con el Borussia, aunque sideral, queda reducida a seis puntos.