Está jugando, lo está haciendo bien y está siendo protagonista. De hecho, el punto logrado por el Valladolid en Huesca no hubiera sido posible sin sus paradas. Pero aún así, Roberto no parece satisfecho.
La baja de Masip por el coronavirus le dio la titularidad antes de lo previsto. Y respondió a la altura de lo que de él se esperaba. Es un portero seguro, espectacular, pero sigue arrastrando un problema, dejar la meta a cero.
Ya le pasó con el Alavés, su próximo rival con el Pucela, y le está pasando de blanquivioleta. Es la espina que tiene clavada, y que espera sacarse precisamente ante su ex equipo, si es que no decide Sergio volver a darle la titularidad a Masip.