Contando la de esta primera jornada de Champions, Cristiano ha recibido 11 cartulinas rojas desde que comenzó su carrera en el Sporting de Portugal. Siempre expulsado en partidos de clubes (nunca con la Selección Portuguesa), el cinco veces Balón de Oro acabó seis veces en la calle con el Real Madrid, cuatro con el Manchester United y la presente con la Juventus.
El dato revelador es que en cinco de esas diez expulsiones sufridas hasta el momento, el portugués regresó con el hambre y la voracidad intacta, aportando, mediante goles o asistencias, su firma en el marcador.
Su primera expulsión se produjo, mediante doble amarilla, en la última jornada de la 2003-04, cuando ya defendía la camiseta del Manchester United. En su vuelta a los terrenos de juego (jornada 2 de la 04-05), Cristiano no aportó en materia ofensiva, ya que solo jugó cinco minutos. Tras su segunda expulsión, en la jornada 22 de la Premier 05-06, regresó dejando una asistencia en el primer partido tras la suspensión y, además, firmó cinco tantos en los siguientes tres encuentros.
Sus dos siguientes expulsiones (en la jornada 2 de la 07-08 y a mitad de la temporada 08-09) no vinieron de la mano de un resurgir, pero fueron los precedentes de lo que sucedería en el Real Madrid tras sus partidos de sanción.
La 09-10, que significó su primera temporada como jugador blanco, dejó dos expulsiones. Primero vio una doble amarilla en la jornada 13 y regresó con un gol al Zaragoza. Luego, en la fecha número 19, fue expulsado por roja directa contra el Málaga y dejó un doblete en su regreso frente al Xerez.
Cristiano no volvió a ser expulsado hasta la 12-13, frente al Atlético en la final de Copa del Rey. Su siguiente partido, en la 13-14 frente a Osasuna, se saldó con una asistencia. Esa misma temporada volvió a ver una roja directa que le mantuvo tres jornadas sin jugar y regresó anotándole un gol al Atlético de Madrid en la jornada 26. En la siguiente temporada vio una nueva roja, frente al Córdoba (jornada 20), pero en su regreso, también ante el Atlético, no vio puerta. La última fue en la 17-18, en Supercopa frente al Barcelona, pero en su regreso a los terrenos de juego no consiguió contribuir ofensivamente.
A falta de que se conozca la sanción a la que tendrá que enfrentarse Cristiano tras su encontronazo con Murillo (se hará pública el 27 de este mismo mes), el portugués ya estará afilando garras para quitarse de la boca ese sabor amargo que le dejó su visita a Mestalla. Él suele volver con hambre.