Según informó 'Olé', el agente fue a buscar al delantero para acusarle de hacer un comentario racista al árbitro peruano Víctor Carrillo. En el cuadro argentino todos se alertaron, ya que tenían que coger el vuelo para volver a Buenos Aires y se estaban retrasando.
El vicepresidente de Independiente, Carlos Montaña, se acercó hasta el policía para conversar. Sin embargo, fue el colegiado del encuentro el que convenció al agente para que no se llevase a Silvio Romero.
Víctor Carrillo aclaró que el delantero no le había hecho ningún comentario de índole racista. Gracias al árbitro peruano, las autoridades brasileñas comprendieron que se trataba de un malentendido.
"El policía me acusó de decir algo que nunca dije. Lo juro por mis hijos, aunque no haga falta. El árbitro está de testigo. Le dije al policía que él no me podía tocar. Si se sintió ofendido, le pido disculpas porque no era mi intención ofender", declaró posteriormente Silvio Romero.