El América ha vuelto a una final una vez más. Tras su estancia en la 'B', el cuadro caleño está a dos partidos de volver a ser el más grande de Colombia.
Muchos jugadores y entrenadores han estado detrás de este éxito, pero la cara más conocida ha sido la de Michael Rangel. El delantero volvió a ser clave ante Santa Fe en el partido más importante.
El Pascual Guerrero se vistió de gala y se llenó hasta la bandera. La cita lo merecía. El público no dejó de cantar y llevó en volandas a los suyos durante los 97 minutos de partido.
A la 'Mecha' le bastaba con un empate para medirse a Junior en la gran final. Aun así, saltó al campo y se hizo con el control del balón desde el principio hasta el final del partido.
Santa Fe tan solo fue capaz de dar un par de chispazos en todo el choque y sus errores terminaron por condenarlo en la segunda mitad con dos goles en contra, aunque pudieron ser más.
Porque durante los primeros 45 minutos el colegiado se 'tragó' un penalti sobre Rangel. Una de las pocas respuestas de Santa Fe llegó por medio de Torijano con un remate de cabeza que se marchó alto.
En la segunda parte no cambió el guion. Los 'cardenales' no encontraban la fórmula para controlar el balón a pesar de la necesidad de anotar para poder estar en la gran final.
Y el tanto llegó en el otro área. Rangel, que como siempre está en todas las del América, luchó por el esfñerico en el borde del área. Lo consiguió ganar y con la cabeza habilitó a Pisano, que batió por bajo a Castellanos.
Aun así, este Santa Fe se ha caracterizado por no rendirse y logró el empate cinco minutos después. Balanta aprovechó un pase filtrado para igualar, sin embargo, el tanto fue anulado tras varios minutos de consulta por un fuera de juego en el inicio de la jugada.
Acto seguido el América aprovechó el desconcierto y el saque de ese mismo fuera de juego Rangel recogió el balón largo y, tras controlar con el pecho, lanzó un zurdazo a la escuadra de Castellanos.
Ahí murió la esperanza de Santa Fe. Una vez más el 'Rompecorazones' hizo acto de presencia para acabar con los de los aficionados 'cardenales'.