Cuando se acerca la fecha de un 'Superclásico', Argentina se para. El país entero pone sus ojos en uno de los duelos más históricos del deporte rey. Sea en un amistoso, en Liga o en Libertadores, cuando Boca y River coinciden sobre el verde la tensión sube hasta las nubes. El orgullo cobra una importancia estratosférica y el honor está en juego con un balón de por medio.
Una guerra que fue solamente eso, una guerra. El partido entre los pupilos de Russo y Gallardo este miércoles en los octavos de Copa no quedará para el recuerdo de los telespectadores. Faltó fútbol, las ocasiones carecieron de cadencia y se evidenció una falta de ideas en ciertos tramos del choque. Finalmente, los de La Bombonera tuvieron que sellar su pase en la tanda de penaltis.
El 'Xeneize' comenzó con la sexta marcha puesta. Pavón y Advíncula, que se estrenó con la camiseta de su nuevo equipo, fueron puñales por la banda derecha. Faltó precisar entre los tres palos, pero los franjirrojos no salían de su campo y el plan empezó sin fisuras.
Con el paso de los minutos, River comenzó a recuperar su cara más conocida y a plantarse en el campo, aunque se cargó muy rápido de amarillas. Sus dos centrales titulares, Díaz y Martínez, recibieron la amonestación en la primera mitad, algo que condicionó mucho las acciones de la zaga.
La primera oportunidad clara llegó de la mano de Julián Álvarez. El delantero, que en esta ocasión partió más por banda izquierda, llegó a línea de fondo para poner un centro raso al segundo palo, pero Rossi salió para rozar lo justo el esférico. Lo necesario para que Braian Romero, que se relamía los labios a la espera de marcar bajo palos, no pudiese enganchar bien el envío.
Hasta el descanso no se volvió a ver excesivo peligro en ninguna de las dos áreas y el tiempo de pausa sirvió para darle la vuelta a la tortilla. El cuadro 'millonario', que solo hizo un cambio al salir de vestuarios (Casco por Montiel), comenzó como una moto y tuvo dos ocasiones de gol consecutivas.
La primera de Braian Romero, que disparó dentro del área un balón al que se tiró cual pantera Izquierdoz para evitar que fuese a puerta. Segundos después, Paradela, con un derechazo ajustado, estuvo muy cerca de batir a Rossi. Empezaba a coger buenas vibraciones River y Boca estaba noqueado.
Llegó De la Cruz con otro de sus misiles tierra-aire, el cual se marchó cerca de la cruceta. Braian volvió a tenerla en la recta final con un trallazo marca de la casa, pero, al igual que el charrúa, se le marchó por muy poco y rozando la escuadra.
El 'Xeneize' apenas inquietó a Armani en la segunda mitad, pero aguantó el tipo y llegó al 90' con un 0-0 que iluminaba La Plata. A falta de prórroga, el choque se decidió en el lanzamiento de penaltis.
En el sorteo previo, la suerte fue para el capitán de River, Armani, que decidió que Boca lanzase primero. Una elección algo controvertida, a sabiendas de que la ley del fútbol dice: "El que lanza primero tiene más probabilidades de vencer".
Dicho y hecho. Boca se alzó ganador en una tanda que no tuvo mucha historia. Julián Álvarez y Braian Romero fallaron los dos primeros lanzamientos y el 'Xeneize' se puso 2-0. Rossi paró el primero y en el segundo vio cómo el esférico se marchó fuera.
Los de Russo no fallaron y colocaron el 3-0 mediante Pavón. Héctor Martínez dio algo de esperanzas a su equipo con el 3-1, pero Izquierdoz, una de las grandes figuras de Boca Juniors, batió a Armani para proclamar al conjunto de La Bombonera como nuevo cuartofinalista de la Copa.