Tres empates, una victoria y dos derrotas acumula ya el Espanyol en la segunda vuelta fuera de casa en Liga. Lejos del RCDE Stadium, los catalanes han cambiado su 4-3-3, intentando adaptarse al rival que se sitúa enfrente.
En el Camp Nou Rubi decidió apostar por un contundente 5-4-1 atrás que pudiera neutralizar el duro juego de ataque existente en el Barcelona, con Leo Messi, Luis Suárez y compañía arriba.
En Montilivi, ante el Girona, el Espanyol salió con un 4-4-2, con Wu Lei formando pareja de ataque junto a Borja Iglesias, esquema que dio resultado consiguiendo un más que importante 1-2 a favor. Ante el Barça no hubo tanta suerte, pero al menos Rubi consiguió mantener su portería a cero durante 71 minutos, hasta que apareció Messi.
En rueda de prensa, el técnico del conjunto catalán no perdió la ocasión de explicar este cambio de planteamiento, que parece que está dando más buenos resultados de lo esperado: "Cambiamos de sistema bastantes veces. Creíamos que fuera de casa habíamos hecho partidos muy buenos. Tuvimos un poco más de profundidad. Salió correcto el planteamiento, pero no fue la clave. Hicimos más ocasiones".