Fue en la lotería de los penaltis, pero pudo llegar de cualquier otra forma. España se despidió del Mundial de Rusia después de no convencer en sus tres primeros partidos y de decepcionar en unos octavos de final en los que 'la Roja' pecó de demasiado conformista. Dos paradas de Akinfeev evitaron que España pudiera volver a saborear la gloria mundialista, pero el choque lo perdieron los de Hierro mucho antes, en 120 minutos llenos de impotencia en los que España evidenció un fin de ciclo cada vez más evidente.
Y no fue porque Hierro no quisiera mover el árbol. El malagueño pareció escuchar a la grada y relevó a dos de los hombres que menos en forma llegaron al campeonato. Dejó fuera a Carvajal y apostó por Nacho y dio descanso a Iniesta, dando entrada a un Marco Asensio que tampoco aportó prácticamente nada.
De salida, todo se le puso de cara a los españoles. Asensio sirvió al corazón del área una falta lateral e Ignashevich, en su pelea por evitar que Sergio Ramos rematara, acabó introduciéndose el balón en su propia portería con el talón.
El tanto trastocaba todos los planes de Rusia, que tenía que abandonar su planteamiento ultradefensivo para buscar algo más. Pero a los rusos, que tampoco se inmutaron con el 1-0, acabó dándoles vida el juego indolente de una España que no tiró a portería hasta el último minuto de la primera parte, cuando Rusia ya había empatado en otro regalo marca de la casa.
Entre medias, más de media hora de pases sin profundidad con los que España se sintió falsamente segura y que acabaron pesando a los de Hierro tras el descanso y sobre todo durante a prórroga. 'La Roja' acumularía más de 1.000 pases a la conclusión del choque, insuficientes para generar más allá de un puñado de ocasiones.
Rusia se lo cree
Viendo que a España tampoco le interesaba mucho atacar, Rusia dio un paso adelante cuando ya se divisaba el descanso y empató de la única forma que un equipo con tan poco cuerpo y tantas fisuras podía hacerlo: en una acción a balón parado. Ganó un tiro de esquina de manera inverosímil Rusia y, en el intento de remate de Dzyuba, Piqué metió la mano. Penalti sin discusión y tanto del propio 'tanque' ruso, que ya obligaba a España a volcarse al ataque.
Con más voluntad que cabeza, 'la Roja' estuvo a punto de hacer el 2-1 todavía en los estertores de la primera parte en una buena acción de Diego Costa y en la renudación en un remate forzado de Jordi Alba que atrapó mansamente Akinfeev.
Pero el paso de los minutos volvió a mostrar la versión plomiza que España ya había dejado entrever ante Irán y Marruecos. Rusia sólo defendía y España picaba, sintiéndose de nuevo cómoda ante la falta de llegadas al área de De Gea de los de Cherchesov durante la segunda parte. Apenas Isco, omnipresente durante los 120 minutos, se atrevía a poner un poco de cordura en el juego cada vez más soporífero de 'la Roja'.
Sin milagro y sin salvador
No fue hasta el final, cuando ya estaban en el campo Iniesta y Aspas, cuando España le vio las orejas al lobo. A menos de cinco minutos del final, una doble parada de Akinfeev a remates precisamente del ex azulgrana y del gallego salvó a Rusia, que recibió como agua de mayo la prórroga.
Tenía media hora España para arreglar el desaguisado, mientras el cansancio de los rusos quedaba minimizado por lo cerca que los anfitriones tenían su objetivo inicial: llegar con vida a la tanda de penaltis. Apenas de un par de ocasiones de Rodrigo dispusieron los españoles en una prórroga en la que los fantasmas del pasado volvieron a aparecer en una doble caída en el área de Piqué y Ramos que Kuipers pasó por alto con la ayuda del VAR.
La tanda de penaltis, esa auténtica ruleta rusa del fútbol, premió a quien llegaba con más moral y menos presión. A España le flojearon las fuerzas y Rusia lo supo aprovechar para hacer historia y colarse en los cuartos de final. Para España no fue lo de Brasil, pero sí lo que sucedió antes del Mundial de Sudáfrica, con las derrotas ante Francia, Corea, Italia o Yugoslavia de nuevo en la retina de una afición que se supo intocable y que volvió a bajar a la tierra.
Ficha técnica:
1 - España: De Gea; Nacho (Carvajal, m.70), Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Koke; Isco, Silva (Iniesta, m.66), Marco Asensio (Rodrigo, m.104); y Diego Costa (Iago Aspas, m.80).
Seleccionador: Fernando Hierro.
1 - Rusia: Akinféev; Mario Fernandes, Kutépov, Kudriashov, Ignashévich, Zhirkov (Granat, m.46); Zobnin, Kuziáev (Erokhin, m.97); Samédov (Chéryshev, m.61), Golovín y Dzyuba (Smolov, m.65).
Seleccionador: Stanislav Cherchésov.
Goles: 1-0, m.11: Ignashévich en propia puerta. 1-1, m.41: Dzyuba.
Tanda de penaltis: 1-0: Iniesta. 1-1: Smolov. 2-1: Piqué. 2-2: Ignashévich. 2-2: Koke falla. 2-3: Golovin. 3-3: Ramos. 3-4: Chéryshev. 3-4: Aspas falla.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Piqué (40) por España; y a Kutépov (54), Zobnin (71) por Rusia.
Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial 2018, disputado en el estadio Luzhnikí lleno, con 78.011 espectadores, 3.000 de ellos españoles. El rey Felipe VI y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, encabezaron la relación de autoridades del palco de honor.