La 2023-24 será la cuarta temporada consecutiva sin título copero para el Bayern de Múnich. Los bávaros, máximos ganadores del torneo con gran diferencia gracias a los 20 entorchados conseguidos a lo largo de la historia, fueron superados de forma un tanto inverosímil, con remontada incluida, por el modesto Saarbrücken de la Tercera División germana.
Los del oeste de Alemania transitan en una cómoda 12ª posición en la tabla liguera, alejados tanto del peligro como de un ascenso al que no parece que vayan a optar este curso pese a ser los segundos con menos derrotas (5) de toda la Tercera División. La DFB-Pokal, en este contexto, ha sido una completa fiesta para este lobo con piel de cordero, que a mediados del pasado siglo sí que tuvo un cierto nombre en el fútbol europeo.
Y es que el Saarbrücken participó como representante del Sarre en la edición inaugural de la Copa de Europa, esa en la que se impuso el Real Madrid en la campaña 1955-56. Con Hans Tauchert como técnico, los germanos dejaron un buen sabor de boca hasta el punto de que derrotaron al Milan de Lorenzo Buffon, Cesare Maldini, Juan Schiaffino o Nils Liedholm en San Siro por 3-4. Para ser un equipo de un nivel muy inferior, los de Tauchert exhibieron una voluntad de hierro. A los 40 minutos perdían por 3-1 después de que Frignani, Schiaffino y Dal Monte hubieran remontado el tanto inicial de Krieger. Antes del descanso, Philippi acercó al Saarbrücken y, tras el paso por los vestuarios, Schirra y Martin le dieron la victoria a los del Sarre.
El Milan, semifinalista contra el Real Madrid en aquella edición, remontó en Alemania en el estadio Kieselhumes al vencer por 1-4 con un doblete de Valli y tantos de Puff en propia meta y Beraldo para dejar en nada el momentáneo 1-1 que había conseguido Binkert.
Por supuesto, este equipo, que había sido subcampeón de Alemania en 2 oportunidades (1943 y 1952), no volvería a disputar un torneo similar en toda su historia, aunque tuvo incursiones en la Bundesliga en la 1963-64 -edición inaugural-, la 1976-77, la 1977-78, la 1985-86 y la 1992-93. Curiosamente, el Saarbrücken también cuenta con un hito difícil de igualar en la actualidad. Y es que, con la ocupación de territorios en diferentes momentos de la Segunda Guerra Mundial, el equipo logró ser campeón de la Ligue 2 francesa (no pudo ascender tras la 1948-49) y posteriormente, ya en los años 70, también ganaría la segunda categoría del fútbol germano.
De vuelta a la actualidad, el Saarbrücken ya fue una agradable sorpresa en la DFB-Pokal de la temporada 2019-20, cuando fue el primer club de la Tercera División alemana que se colaba en las semifinales. Aquel curso, los dirigidos primero por Dirk Lottner y luego por Lukas Kwasniok superaron al Jahn Regensburg (3-2), al Köln (3-2), al Karlsruher (0-0 y 5-3 en penaltis) y al Fortuna Düsseldorf (1-1 y 7-6 en penaltis), y perdieron cuando ya soñaban con la final con el Bayer Leverkusen (0-3).
Este curso, los dirigidos por Rüdiger Ziehl comenzaron su andadura en el torneo despachando de nuevo al histórico Karlsruher -ahora en la Segunda División- por 2-1 el 11 de agosto de 2023. Civeja hizo el 1-0, el mítico Lars Stindl empató y en el último instante Brunker le dio el pase a los locales.
En la segunda ronda llegó la gran hazaña. A pesar de que Müller puso el 0-1 pronto, el Saarbrücken no renunció a creer y en el primer minuto de la segunda mitad y el último del partido, el sexto del largo añadido, logró los goles (Sontheimer y Gaus) del histórico 2-1.
El Eintracht de Frankfurt, otro club de la Bundesliga de mucha calidad, fue la última presa del Saarbrücken en Copa. Los de Toppmöller cayeron el pasado 6 de diciembre por 2-0 con goles de Brunker y Kerber, y finalizaron desquiciuados y con un hombre menos por la roja directa a Noel Fukteu en los últimos compases.
Ahora, el Borussia Mönchengladbach tratará de viajar al Ludwigspark con la lección aprendida. Enfrente tendrá un rival sin complejos, con la fuerza de un escudo en su día reconocido en Europa y que ahora tiene a Schreiber, Rizzuto, Gaus, Boeder, Zeitz, Sontheimer, Rahibic y el goleador copero Brunker como pilares. El premio, unas semifinales sin gigantes después de un torneo con muchas sorpresas.