El Liverpool goleó a un tímido Bournemouth al ritmo de Salah y Mané, diferenciales un día más para que Anfield celebrara un nuevo triunfo. La fiesta parece perenne en Liverpool, que sueña con culminar la temporada alzando al cielo de Kiev la Champions.
Para ello, primero deben dejar en el camino a una sorprendente Roma. Lo tendrá mucho más cerca si Salah y Mané, sin obviar la ayuda de Firmino, continúan con su sideral estado de forma. Sólo marcaron un gol cada uno al Bournemouth, pero pudieron ser más en una nueva exhibición 'red' en ataque.
Pronto, en el minuto siete, Mané abrió la lata aprovechándose de un error de la defensa. Antes, Salah pudo haber abierto el marcador, pero no culminó una buena jugada grupal. El Liverpool, ya con el 1-0, gobernó el partido y dejó que sus dañinas transiciones hicieran el resto.
Sin embargo, la sentencia no llegó hasta el tramo final de partido. Decidió Salah, lo que no es novedad, pero sí la forma en la que lo hizo. Acostumbrado a marcar al galope, el egipcio coronó su gran partido con un cabezazo que no se esperó Begovic.
El confeti volvió a Anfield, que aún tuvo tiempo para festejar el gol de Firmino, la otra pata del tridente, que ya en el descuento consiguió el definitivo 3-0 para seguir asustando a la Premier y, por qué no, a Roma, Madrid y Bayern.