Quedaba justo un minuto para alcanzar el 90', Túnez defendía con uñas y dientes un resultado (2-2) que le valía para seguir líder otra jornada más. Todo Egipto buscaba a Salah... hasta que le encontraron.
El '10' recibió en el pico derecho del área y, encarando a un rival mientras giraba hacia el centro, pasó el balón hacia la medialuna para hacer una pared con Mohsen.
El delantero leyó perfectamente las ideas del genio del Liverpool y le devolvió el balón de primeras con un pase al hueco. Salah, desmarcándose, tocó sutilmente la pelota para hacer un pequeño recorte y quedarse ante el portero tunecino.
En el uno contra uno, como era de esperar, no falló. Con una picadita tan sutil como elegante, el egipcio puso el 3-2 definitivo en el marcador, un resultado que les colocó primeros de grupo, superando a Túnez por la diferencia de goles.