Y es que, para protestar por un penalti que, a su jucio no fue, el guardameta tomó la decisión de dejarse marcar tres goles cuando el marcador del partido mostraba un 2-2.
La decisión, que le ha costado dos años de sanción y una multa de 6.600 euros por "desprestigiar y atentar contra el honor de la Federación Vietnamita de Fútbol", al menos fue divertida, pues el portero se dejó marcar los tres goles, pero lo hizo de maneras peculiares.
En el primero, de penalti, se dio la vuelta por completo. En el segundo, hizo una voltereta y en el tercero... se marchó del área, dejando la portería totalmente vacía. Vean y juzguen con el resumen del partido.