Ramiro Rocca, en un momento de mucha euforia, festejó mostrando sus genitales el segundo gol para su equipo en el partido de la final del torneo hondureña Clausura, que finalizó 2-0, pero la copa se la llevó Motagua, que había vencido a su rival en el juego de ida por 3-0.
El argentino quizá no se imaginó que el árbitro del partido, a quien tenía casi enfrente, registraría en el acta del juego su gesto obsceno hacia las gradas de los aficionados de Real España. La sanción establece que Rocca tiene un plazo de ocho días para pagar la multa.
Rocca también fue sancionado con la suspensión de seis partidos, según informó la Comisión de Disciplina de la Liga.
Además, el organismo sancionó a Real España con 30.000 lempiras (1.224 dólares) de multa y le prohibió jugar seis partidos consecutivos en San Pedro Sula, donde tiene su sede, por la invasión a la cancha, con incidentes violentos, de decenas de sus aficionados tras finalizar el juego ante Motagua.
Entre otros hechos violentos, uno de los supuestos aficionados del club, identificado como Wilson Pérez, de 21 años, le propinó un puntapié por la espalda a uno de los árbitros, y en las gradas hizo lo mismo, también por la espalda, contra una suboficial de la Policía Nacional, quien rodó varios metros, según vídeos difundidos en medios locales de prensa.
La Policía Nacional ofreció una recompensa a quien brindara información que llevara a localizar a Pérez, quien el 31 de mayo, según la Secretaría de Seguridad, murió en un tiroteo entre las fuerzas del orden y pandilleros en un barrio marginal de San Pedro Sula.
La versión oficial ha sido rechazada por varios sectores que acusan a la Policía Nacional de haber asesinado a Pérez, quien según el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, había expresado su voluntad de entregarse ante las autoridades, por la persecución que había contra él.