El Bayern de Múnich ha acogido a Leroy Sané como si fuera el regreso de un hijo pródigo. Nunca había jugado para los muniqueses, pero el vínculo que se ha creado es fuerte tras la insistencia por ficharle en los últimos meses. Y eso tendrá premio.
No solo al bombo que el club le ha estado dando a su fichaje desde que se hizo oficial, sino porque también le otorgará uno de los dorsales más codiciados por todo futbolista de ataque: el 10.
Actualmente, sigue en propiedad de Philippe Coutinho, por eso aún no se ha querido hacer oficial. El brasileño está lesionado, pero continuará en el Allianz Arena a la espera de tener minutos en los partidos de Liga de Campeones.
Pero los dirigentes del Bayern ya han señalado a su nuevo niño bonito para la próxima temporada, en la que esperan defender el triplete. Aún quedan las patas de la Pokal, que podría llegar este sábado, y de la Champions.