El Valencia recuperó el olfato goleador en la Liga y se impuso a un Rayo Vallecano vistoso pero frágil, que podría quedar bastante alejado de la salvación al finalizar la jornada. La derrota, pese a que el Rayo no fue desbordado por completo, deja a Míchel al borde de la destitución.
Y la historia pudo ser muy diferente de no ser por el acierto goleador de Santi Mina. El gallego, que va de doblete en doblete y firmó dos ante el Ebro en Copa y otros dos ante el Young Boys en Champions, recuperó su instinto en Liga y encarriló el triunfo de los suyos.
Antes, Dimitrievski se había convertido en gran protagonista del inicio del encuentro. Hasta en tres ocasiones tuvo que emplearse a fondo el macedonio, que también estuvo muy hábil para evitar un tanto tras una mala cesión defensiva después de la que casi se mete dentro de la portería con el balón.
El Rayo, mientras tanto, amenazaba con una sorpresa como la que dio el Girona hace poco en Mestalla. Advíncula se topó con el palo y ahí se le fueron gran parte de las aspiraciones de sumar a los vallecanos, pues poco después el Valencia firmaría el 1-0 con un golpeo de calidad tras dejada de Rodrigo.
Más Santi Mina
Con el 1-0 y el choque abierto se llegó a la segunda mitad. Rodrigo, que estuvo cerca de hacer el 2-0 en la primera parte en una acción en la que hubo posición antirreglamentaria, siguió perdonando tras el descanso. Advíncula, que sería expulsado en los últimos compases tras la intevención del VAR, le quitó el 2-0 en un contragolpe en el que se había quedado mano a mano con Dimitrievski.
Pero los rayistas no podrían evitar el de la sentencia, anotado de nuevo por Santi Mina. Salvó el guardameta macedonio un remate de Paulista tras acción a balón parado y remachó a portería vacía el gallego, tocado por una varita durante el último mes.
Aunque el Rayo quiso morir matando -De Tomás se topó con el palo poco después del 2-0-, aquel tanto fue la sentencia para los vallecanos, que aún recibirían un tanto más en un bonito contragolpe en el que Rodrigo sí que estuvo acertado y le regaló el tanto a portería vacía a Gameiro.
No sucedió mucho más en un choque que puso de manifiesto que la recuperación 'che' ya es real y que el Rayo Vallecano necesita un cambio de rumbo para poder soñar con una salvación que, en estos momentos, está más que complicada.