Es la paradoja de André Schürrle, que a sus 28 años debería estar viviendo el mejor momento de su carrera. No parece ser así: el Borussia Dortmund no cuenta con él. El futbolista se resigna.
Internacional con Alemania en 56 ocasiones y campeón en Brasil 2014, Schürrle llegó a Dortmund junto a Götze dispuesto a gobernar un equipo joven en busca de la deseada Bundesliga. Pero no salió como esperaba.
Lesiones, falta de continuidad, fuera de las convocatorias con Alemania (no juega con la Selección desde marzo de 2017)... De 2016 a 2018, el extremo jugó 51 partidos y anotó ocho goles. Al final se fue al Fulham. Tampoco salió: el equipo londinense bajó.
Ahora regresa a Dortmund tras la cesión y Lucien Favre le ha comunicado que no tiene intención de darle un sitio. El Borussia se gastó 30 millones en su fichaje hace apenas tres años.
"La situación no es como la imaginé. He tenido muchas conversaciones con mi agente sobre qué es lo mejor para mí y el club. Tenía las maletas llenas de camino a Dortmund. Luego me dijeron que el club parecía no querer eso, que había muchos jugadores...", afirmó en 'Sky' hace varios días.
Su alto sueldo hace que Schürrle sea innacesible para muchos equipos de Europa. Y los más grandes del continente no llaman a su puerta. Difícil pensar esto cuando en 2013 José Mourinho se lo llevó a Stamford Bridge, 'obligando' al Wolfsburgo a pagar otros 32 millones para traerlo de vuelta a Alemania.
En el Borussia no mostró su nivel, el de un futbolista punzante, eléctrico, habilidoso, goleador... Ganó la Copa del Mundo en 2014, y hasta metió un doblete en semifinales en el histórico 1-7 ante Brasil... y ahora no le quiere nadie. La contradicción Schürrle.
May 25, 2018