El ex seleccionador de Brasil no estuvo acertado en la sala de prensa después de ganar por 4-0 a Godoy Cruz. "Mattos, Cicero y el presidente saben los refuerzos a tratar. Trabajarán con los nombres que les doy, pero no los diré aquí ahora. Entre otras cosas, porque se puede estrellar el avión y morir todos. Si algunos mueren, incluso tiraré fuegos artificiales", explicó en referencia a los problemas que tuvo en su viaje a Argentina.
Esto provocó las críticas de todos los sectores del fútbol. Y es que una broma tan macabra como la realizada recordó el trágico episodio vivido con Emiliano Sala el verano pasado.
Así, en la previa del encuentro entre Palmeiras y Corinthians, un grupo de aficionados de los primeros increpó, en el campo de entrenamiento, al técnico de Passo Fundo por sus polémicas declaraciones. "Ninguno se murió todavía", puso una pancarta.
4 de agosto de 2019