Un chico muy menudo ya apuntaba a 'crack' en Rosario, Argentina. Se trataba de Leo Messi, que se trasladó tal día a Barcelona para ingresar en La Masia.
Messi aterrizo en Barcelona a instancias de Carles Rexach, entonces director deportivo del Barcelona. Claro que no se quedó definitivamente.
Primero debía superar una prueba. Surgieron dudas en el club, ya que había que costear un costoso tratamiento hormonal para Messi, entonces con problemas de crecimiento.
Tres meses después, el Barça le hacía un contrato a Messi. Y el resto es historia del fútbol. Probablemente, el mejor futbolista que se haya conocido.