Todo aficionado al fútbol sabe que una buena táctica puede valer por goles, puntos y victorias. Pero esto no lo aplicó bien el Saarbrücken en su duelo de la Copa Alemana ante el Bayer Leverkusen. Sacó de inicio de una forma novedosa que no valió para absolutamenten nada.
La jugada no tuvo sentido. Un futbolista puso la bola en juego y se la pasó a su compañero, que, nada más controlarla, la mandó al fondo del campo rival a sabiendas de que ninguno de sus aliados iba a estar allí para recibirla. Los visitantes recuperaron la posesión rápidamente.
Lo más curioso es que, al revisar la imagen, ni parece que el encargado de poner el 'pase' en largo se haya equivocado ni que lo hiciera con alguna intención inesperada. No hay nadie en el terreno de juego contrario y, aun así, allí dirige el esférico por alto.
Si fue una táctica, no les salió nada bien, pues acabaron claudicando con bastante contundencia. El Leverkusen les endosó un 0-3 que dejó bien clara su superioridad y que les rompió el sueño. Para la próxima, el técnico tendrá que idear otra forma de dar la sorpresa.