Steve Bruce ha puesto punto y final a su periplo en el Newcastle United, y quién sabe si a los banquillos en general. Este miércoles se confirmó su destitución como técnico del cuadro británico.
Bruce ha sido maltratado por parte de la afición de los 'magpies', que lo veían como el último legado del antiguo régimen que llevaba Mike Ashley en el Newcastle United.
"Cuando llegué, pensaba que podía con todo, pero ha sido muy duro. Nunca me han querido, siempre he sentido que la gente quería que fracasase y he tenido que leer que era un inútil, una forma de malgastar el espacio, un estúpido y un inepto cabeza de repollo. Y todo eso desde el día uno", confesó en 'The Telegraph'.
Marcharse parece haber supuesto un alivio para el técnico: "Si ganaba me decían que había tenido suerte o que mi estilo futbolístico era basura. Intenté disfrutarlo, siempre me ha gustado todo eso de demostrarle a la gente que se equivoca. Pero al final no fue nada más que eso. Ni siquiera ganar me daba la sensación de estar consiguiendo el apoyo de los aficionados".
Ahora Bruce se puede tomar un descanso definitivo, después de cumplir 1.000 partidos en los banquillos. "Puede que sea mi último trabajo. No se trata solo de mí, sino de mi familia. Todos ellos son de por aquí y no puedo irnorar eso. Han estado preocupados por mí, especialmente Jan, mi mujer, que es increíble", indicó.
"No puedo dar por hecho que seguirá siempre conmigo, y eso que sé que si le digo algo que me han ofrecido un trabajo en China, me dirá que cuento con todo su apoyo. Tengo 60 años y no sé si puedo volver a hacerle pasar por todo eso. Seguramente no vuelva a entrenar, aunque nunca digas nunca. Quién sabe lo que haré si me llama otro presidente", sentenció.