Según la madre del cadete, de 16 años, el chico llegó a casa "con un raspón en el hombro y algunas moraduras en las costillas".
John Edward Albornoz fue convocado para reforzar al juvenil por el Histórics de Valencia, pero el partido se suspendió en el minuto 75 por insultos racistas contra él, que nació en Colombia y vive con su familia en Valencia desde hace un año.
El árbitro recogió en el acta que el encuentro se suspendió por los gritos que profirieron al jugador desde la grada. "Negro de mierda, eres un mono, uhh, uhh" (imitando el sonido de uno mono), puto moro de mierda que se cree bueno y todo. Tras estos insultos, el dorsal número 18 visitante se puso a llorar. En ese momento decidí suspender el partido", reflejaba el acta.
"Los gritos empezaron en el minuto 20 de partido más o menos. Recuerdo expresiones como 'A por el negro' o 'patada al negro'. Pero la hostilidad no venía solo de la grada", contó con voz entrecortada Juan Bugatto, secretario del equipo.
"En el descanso le advertimos al árbitro que si proseguían los insultos, nos marchábamos". El árbitro se lo dijo al entrenador local, que según relata el Historics en un comunicado, se justificó: "¿Qué hago?, ¿les pongo un esparadrapo?, ¿cómo vas a suspender el partido?, pasaría esto siempre en Primera división", agregó.
Pero la cosa no quedó sólo en insultos, sino que se llegó a la violencia.
"En la segunda parte -prosigue Bugatto- John recibió unas faltas que rayaban la violencia. Un empujón del portero sin balón y patadas". El partido se había calentado también por el resultado (1-2 para los visitantes). Juan Sila, otro jugador negro del Historics, había sido objeto de penalti por una patada en la boca dentro del área", continuó explicando Bugatto.
"No eran acciones normales, pero se podían entender como lances del juego. El árbitro los sancionaba y tampoco queríamos que fuera a mayores", concluyó.
A falta de 20 minutos para el final del encuentro, con el balón en juego, tres rivales rodearon a John, que optó por irse hacia la banda. Fue entonces cuando los aficionados locales empezaron a llamarle mono y a gritar el "uuuh, uuuh", algo que hizo llorar al jugador.
"John rompió a llorar y fue cuando el entrenador dio orden a los jugadores de que se fueran al vestuario. Entonces empezaron a llamarnos 'cagones' y cosas peores", explicó el secretario del Histórics de Valencia.
Los responsables del equipo llamaron a la Guardia Civil para evitar problemas al abandonar el campo, pero cuando los miembros del cuerpo ya no quedaba ningún familia del equipo local en el recinto.
Este lunes, responsables del San Lorenzo de Massamagrell han contactado con los del Historics para prometerles que van a colaborar con la policía para identificar a los autores de los insultos racistas.
Por otro lado, John irá con su madre a que el fisioterapeuta del club observe las lesiones que le provocaron.