Cuando uno pensaba que Diego Costa no podía caer más bajo, que su expulsión en el partido en el que el Atleti se jugaba la Liga con el Barcelona, seguida de su sanción de ocho partidos, era la última trastada del díscolo delantero de Lagarto, su carácter le ha vuelto a jugar una mala pasada.
Y ya van unas cuantas. El retorno de Diego Costa al Atlético no puede haber sido más decepcionante. Diego Costa lleva cuatro temporadas en el Atlético (asentado de verdad, desde su última cesión al Rayo), y la comparación entre ambos periodos dice mucho.
En su primera etapa, entre 2012 y 2014, Diego Costa disputó 96 partidos, anotando 56 goles. En esta segunda, entre 2017 y 2019 (aunque lo justo es decir que comenzó en enero de 2018), sólo ha disputado 44 partidos, anotando únicamente doce goles.
Más allá de las paupérrimas cifras de Diego Costa, lo cierto es que su segunda etapa no empezó con buen pie. Como hemos dicho, es justo decir que empezó en enero de 2018, porque por la sanción del Atleti no pudo ser inscrito hasta ese mercado invernal.
La suerte tampoco le ha acompañado. El Atlético vendió a Costa al Chelsea por 38 millones, después de que las lesiones le lastrasen gravemente en la recta final de la temporada, y lo recompró por 66. Sus problemas con las lesiones no habían hecho sino agravarse.
Desde su retorno al Atleti, Costa ha pasado 159 días lesionado. Ha pasado once lesiones de diferente consideración, privándole de participar en 30 partidos en total. Eso explica en gran medida sus pobres datos de rendimiento.
Además, se ha tachado a Costa de problemático, y es cierto que tiene un carácter que le cuesta más de una amarilla, pero no es menos cierto que en este año y medio sólo se ha perdido tres partidos por sanción, además de los famosos ocho.
Eso sí, qué tres. Porque uno de ellos fue la vuelta de los octavos de Champions contra la Juve. Sí, cuando pasó aquello de Turín de infame recuerdo para los aficionados rojiblancos. Quizá ahí podríamos decir que comenzó el principio del fin de Diego Costa como 'colchonero'.
Prácticamente acababa de reaparecer de su larga lesión del pie, por la que pasó por quirófano, y en su primera titularidad tras el retorno, amarilla infantil y Costa se quedó sin vuelta. Y el Atlético de Madrid, sin él para el partido.
Su expulsión ante el Barcelona, en el Camp Nou, fue grave, pero más aún si cabe su último enfrentamiento con el club, tras la apertura de un expediente disciplinario por lo sucedido. Costa, iracundo, se negó a entrenar.
Hay quien pide al Atleti lo contrario, que arrope a su jugador, que lo defienda, y es lo que el club pretendía hacer, recurriendo al TAD. Otros ven en Diego Costa una causa perdida. A sus 30 años, queda claro que su mejor época ha pasado.
No sería descabellado que en verano cogiese la puerta y se fuera. Otrora máximo estandarte del fútbol rudo y sin concesiones de Simeone, hoy Diego Costa parece poco menos que un apestado al que su mala cabeza le ha jugado demasiadas malas pasadas.
Hasta su máximo valedor, un Cholo Simeone que luchó contra viento y marea para lograr su vuelta a casa, parece dudar de él, asegura 'Mundo Deportivo'. Simeone dijo por activa y por pasiva que cuenta con él para el año que viene, pero el argentino sabe que no va a poder defenderle por mucho más.
Una manzana podrida de la que conviene desprenderse para que no estropee todo el cesto. No hay un 'colchonero' que no quiera su rehabilitación, y todos esperaron, hasta que vio aquella infame roja, ver tarde o temprano al Diego Costa que dejó el Vicente Calderón para irse a Londres en 2014.
Pero ese Diego Costa nunca llegó, más allá de su primer partido en el Wanda, y en la Supercopa de Europa, y es muy posible que, después de lo sucedido en los últimos días, nunca lo haga.