La SD Huesca de Xisco Muñoz sigue sin carburar, pero se salva de su primera derrota. En su debut frente al Amorebieta, un rival a priori apetecible, tan solo pudo cosechar un punto. En su reválida de El Toralín frente a la Ponferradina, el resultado fue el mismo. Los suyos firmaron las tablas ante los soldados de Jon Pérez Bolo, que ejecutaron, como de costumbre, su plan a la perfección -aunque no pudieron celebrar la victoria-.
Que esto sucediera tuvo mucho que ver con una acción de mala suerte de los oscenses. Marc Mateu, que estaba siendo uno de los mejores de su equipo, vio la roja directa en la segunda mitad por una patada a Paris Adot en el pecho. No le vio venir cuando iba a pinchar un cuero llovido y, aunque le pidió perdón a él y a todo el que se acercó a increparle, hubo de enfilar el túnel de vestuarios.
Hasta entonces -minuto 68-, el encuentro estaba siendo igualado y abierto. Cada conjunto hacía valer sus mejores armas y el dominio de la posesión iba pesando más en un lado de la balanza o en el otro dependiendo del periodo del duelo. Nwakali destacó con disparos lejanos, Marc Mateu se encargó del desborde por su banda para poner centros -trabajo de Paris Adot en el cuadro local-, pero a ambos planteles les faltaba un toque más de acierto para marcar.
Con la expulsión en la SD Huesca, la Ponferradina dio ese paso adelante que Bolo nunca ordena por precaución para sitiar el área de Andrés Fernández. El cancerbero sacó lo que pudo sacar y su defensa se centró en cubrirse de la lluvia de balones que le caía hasta que el técnico berciano activó el plan B, el que valió por un gol.
Con Edu Espiau ya en el campo, introdujo a Ríos Reina, su pelotero oficial, para aprovechar tanta oportunidad de disparar o centrar. Poco tardó en encontrar al '19' en el área después de retar a Andrés con un amago de gol olímpico. Su compañero remató imponente de cabeza y abrió la lata con permiso del palo, que le 'ayudó' un poco.
Esto parecía incluso la sentencia en favor de los locales, pero Paris Adot cometió un error de cálculo en el tiempo añadido cuando quería despejar un balón en su área. Terminó despejando la pierna de Mikel Rico, cometiendo penalti y facilitando que Jaime Seoane, sobre la bocina, hiciera el 1-1 definitivo, que salva los muebles para Xisco. Y, para ensombrecer el término del choque, Copete vio la roja por un puñetazo en el estómago a un rival sin pelota de por medio.