Los restos del joven congregaron a numerosos familiares y amigos que acudieron a dar una última despedida al que fuera futbolista de las categorías inferiores de Flamengo.
El funeral fue realizado en Volta Redonda, ciudad natal de Arthur situada a unos 130 kilómetros de Río de Janeiro.
También asistieron el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, y el alcalde de Volta Redonda, Samuca Silva, que presentaron el pésame oficial a la familia del joven, el primero de los diez fallecidos identificado y sepultado.
El incendio ocurrió la madrugada de este viernes en el Ninho do Urubu, como se conoce al centro de entrenamientos del Flamengo, en Río de Janeiro, cuando al parecer por un cortocircuito en un aparato de aire acondicionado se incendió uno de los alojamientos de las divisiones inferiores.
Además de los diez muertos, el desastre dejó otros tres heridos que continúan hospitalizados y uno de los cuales, identificado como Jhonatan Cruz Ventura, de 15 años, se encuentra en estado grave, con quemaduras en casi el 40 % de su cuerpo y problemas respiratorios generados por la inhalación de humo durante el incendio.
La identificación de los fallecidos fue dificultada por el alto grado de carbonización de los restos y, hasta hora, sólo habían podido ser reconocidos siete de los diez jóvenes.
Para facilitar el trabajo de los peritos, el Flamengo entregó al Instituto Médico Legal de Río de Janeiro las radiografías de las arcadas dentarias de los jóvenes, a fin de intentar evitar que el reconocimiento deba ser realizado por medio de análisis de ADN, que podrían demorar semanas.
Además de Arthur Vinicius de Barros, ya han sido identificados los restos de Bernardo Pisetta, Pablo Henrique da Silva Matos, Víctor Isaías, Athila Paixão, Gedson Santos y Christian Esmério.
Según el club, todavía falta reconocer los de Jorge Eduardo Santos, Rykelmo de Souza Vianna y Samuel Thomas Rosa.
Todas las víctimas tenían entre 14 y 16 años y eran oriundos de otros estados o de zonas del interior del estado de Río de Janeiro, como el caso de Arthur Vinícius, y por lo lejano de sus residencias vivían en la sede del club.
Así como ocurrió en la víspera, el Ninho do Urubu aún era objeto este sábado de una suerte de peregrinación de hinchas del equipo más popular del que muchos consideran el "país del fútbol", que dejaban flores, cartas o banderas en homenaje a los jóvenes fallecidos.
También este sábado, decenas de personas se concentraron frente a la sede central de Flamengo, en el barrio carioca de Gavea, para una manifestación de dolor frente a la tragedia que afecta al club más popular de Brasil.