Nunca haría falta el VAR si todas las acciones fueran tan claras como la que sio en el VELTINS-Arena a tres minutos del tiempo de descanso. El autor de la patada fue consciente en el acto.
En un balón dividido, el joven Serdar llegó demasiado revolucionado a la disputa del balón. Y tarde. El visitante Frantz tocó el balón y, a continuación, se vio atropellado por el joven alemán.
Sin duda, una de las tarjetas rojas más incontestables en lo que va de curso, más allá incluso de la Bundesliga.
Todas las tomas dejaron imágenes escalofriantes y un alivio: el jugador que la sufrió se pudo levantar del suelo y continuar jugando.