El Ibiza puso contra las cuerdas al Barcelona. Solo el gol de Griezmann en el añadido evitó la prórroga entre baleares y catalanes. Lo hizo, principalmente, gracias a la reacción desde el banquillo.
Setién salió con un 3-5-2. Sin embargo, el conjunto azulgrana se vio sorprendido cuando, a los nueve minutos, el Ibiza se adelantó en el marcador. Ahí comenzó una odisea que terminaría con el doblete de Griezmann.
En el once inicial puesto por Setién hubo varios jugadores que no dieron la talla. El técnico cántabro fue capaz de reaccionar en la segunda mitad para dar la vuelta a un partido que se le complicó.
Comenzó con Jordi Alba, que se convirtió en el revulsivo oficial en Ibiza. El lateral entró por Carles Pérez, dotó de más profundidad a las bandas, con Semedo por la derecha, y comenzó a generar peligro por fuera.
Con la entrada de Jordi Alba también mejoró Ansu Fati. Setién no ha dudado en dar responsabilidad a un jugador todavía menor de edad pero que, esta temporada, ya ha demostrado no tenerle miedo a nadie.
Arthur fue otro de los jugadores que tuvo un impacto directo. El brasileño sustituyó a un Riqui Puig al que le pudo la responsabilidad y que se vio superado en todo momento. Un minuto después llegaría el tanto del empate.
Con el tercer cambio, Setién metió músculo en el centro del campo para evitar sustos e ir a por la victoria. Así fue la entrada de Arturo Vidal, que ha pasado de querer salir a ser querido.