Sergi Roberto, Griezmann, las genialidades de Leo Messi y otra aparición mariana de Marc-André ter Stegen sostuvieron al Barcelona ante el Getafe. Los azulgranas se impusieron en un partido envenenado contra uno de los rivales más bravos del campeonato.
La dificultad era evidente, pero el equipo de Quique Setién cuajó otro partido gris, decidido en el alambre. Y el Camp Nou, disconforme con lo que veía, dictó sentencia con sus pitos.
El público azulgrana silbó a los suyos en varias fases del partido, especialmente en posesiones largas que no encontraban rumbo entre las líneas del Getafe y volvían a los dominios de sus defensas y Ter Stegen, que dio hasta 69 pases.
Resulta llamativo en un club acostumbrado a estas acciones, pero el 75% final de posesión no marcó mayor diferencia. La pelota pasó una y otra vez por los pies del guardameta alemán, que iniciaba los ataques de un equipo falto de fluidez ante los de Bordalás, bien plantados y con serias opciones de sacar algo más.
Un mes después de la llegada del técnico cántabro, la afición del Barcelona sigue disconforme con la manera de actuar de su equipo. Setién prometió victorias y buen juego, pero el proceso aún no ha llevado a más de algún chispazo de fútbol.
El técnico achacaba las protestas del público a "los nervios": "Ves rodar el balón, ves que hay dificultades y es normal que la gente e incluso yo mismo me ponga nervioso. Esta es nuestra seña de identidad, tratamos de gestionar el partido desde atrás. El riesgo es alto, pero el beneficio también lo es".
Por lo pronto, el balance con Quique Setién es de dos derrotas y seis victorias. De estas, todas por la mínima menos la de cuartos de Copa del Rey contra el Leganés. Por delante, los meses clave de la temporada y un amplio margen de mejora.