La primera futbolista transgénero de España, Alba Palacios, disfruta como nunca de su gran pasión: el fútbol. La primera transexual federada de España quiso hablar en unas declaraciones concedidas a 'AS' de su actual etapa en el Samper.
"Debutar con Las Rozas en 2018 fue un sueño cumplido para mí. Me sentí por fin a gusto. Estaba en mi sitio. Si no me hubiesen permitido jugar al fútbol femenino, me hubiese ido al masculino en ligas aficionadas", comentó Alba.
Con el Samper, milita en la Segunda División Femenina: "Los equipos se quejan porque dicen que tengo ventaja. Si yo soy trans y el fútbol no se me da bien, no pasa nada. Si eres trans y destacas creen que hay ventaja. No saben que para ser mujer he bajado mi nivel al máximo. No pasa con los chicos trans, que si no controlan su hormonación pueden ser acusados de dopaje".
"Empecé el tratamiento en marzo y, en abril, ya no era igual. Perdí fuerza y músculo y terminé en el banquillo porque bajé mi nivel. Di el paso a un club femenino cuando empezaron a tratarme como una chica. No puedo competir ya con hombres. Incluso he seguido ligada a algún equipo amateur masculino y he ido a jugar con ellos y me es muy difícil. Puedo jugar, pero ya en el choque y en el uno contra uno no me llevo ningún balón. Me da miedo y respeto jugar con ellos. Antes no...", comentó Alba.
Finalmente, Alba quiso comentar la que ella considera que es la única ventaja que ha tenido por ser transexual: "Creo que mi única ventaja es haber jugado en un equipo masculino. No por nacer chico se te tiene que dar bien el fútbol. Hay que entrenar bien para ello. Jugar con chicos te da el ritmo de juego del fútbol masculino, que es muy diferente del femenino".
"Es otro fútbol y parece que no pero ayuda mucho. Son dos formas de jugar distintas. Las diferencias entre fútbol masculino y femenino son la testosterona y la fuerza. Ser trans, por ejemplo, es más fácil en un equipo femenino porque ellas son más empáticas", sentenció.