Puro Boca, pura Libertadores. Noche mágica en un estadio que palpita en cada partido de esta competición. Todos los 'xeneizes' la quieren, todos ansían ganarla después de la decepción en el Bernabéu. Y Alfaro parece haberlo entendido a la perfección. Esta vez, el héroe fue Tévez.
Los locales impusieron un ritmo altísimo en los primeros compases del encuentro. Un ritmo que no pudieron aguantar. Si Zárate y Benedetto hubiesen estado finos en los primeros 20 minutos, Boca hubiese tomado ventaja desde muy pronto. Pero no fue así.
No encontraron premio y acabaron acusando ese desgaste inicial. Poco a poco, Paranaense fue haciéndose más grande en La Bombonera. Lucho González encontró el timón de su equipo y los brasileños lo notaron.
La balanza se niveló hasta el descanso. Aunque los acercamientos de Paranaense eran tímidos, los locales tampoco conseguían llegar de forma clara a la portería de Santos.
Y, entonces, llegó la polémica
Tras el paso por los vestuarios, Boca salió de nuevo decidido a mandar sobre el césped. Pero solo fue un espejismo. Los visitantes demostraron que no habían ido de paseo, que querían a toda costa ese primer puesto que estaba en juego.
Y una posible mano de Buffarini pudo cambiarlo todo. El lateral pudo golpear con la mano dentro del área después de un tiro de un futbolista rival. Paranaense reclamó con insistencia la pena máxima, pero el árbitro no señaló nada.
Pero la recompensa acabaría llegando para ellos. Minutos después, en el 65', un fallo clamoroso de Andrada en una falta lateral dejó en bandeja el primer gol a Marco Ruben. Ahí no suele fallarlas, no perdona. 0-1 y jarro de agua fría.
La hazaña parecía casi imposible. Pero la magia de La Bombonera nunca se debe menospreciar. Siete minutos tardó Boca en empatar gracias al tanto de Lisandro López, que tuvo la ayuda de Santos, que no logró atajar el remate.
Tras el empate, Zárate pudo adelantar a los 'xeneizes', que vieron la oportunidad de ir a por los tres puntos después de la expulsión de Wellington, que protagonizó una fea entrada a Tévez, que acabaría siendo esencial.
El 'Apache' provocó aquella roja y fue el héroe de la noche. Cuando el encuentro parecía destinado al empate, apareció el '10'. En el 94', Tévez recogió un balón en la frontal del área y, con un golpeo seco, perforó la portería de Paranaense.
En una noche bañada por agua, el delantero argentino incendió La Bombonera, que festejaba el pase a la siguiente ronda como primeros de grupo. Finalmente, los de Alfaro lograron su objetivo y será Paranaense el que accederá a octavos de la Libertadores como segundo clasificado.