Que si Real Madrid por aquí y Real Madrid por allá. Aunque no se le pare de imaginar con la camiseta blanca de cara al próximo curso, lo único que tiene en blanco el belga es la mente. No le afectan las especulaciones ni ser portada en Inglaterra casi a diario, Eden Hazard sigue haciendo lo que mejor sabe... y de qué manera.
Verle sortear rivales con su conducción tan rápida como corta es una delicia para Stamford Bridge. Eden supo poner el estadio en pie en la primera y en la segunda mitad, primero en un ambiente festivo y luego, en uno de tensión. Fue el protagonista en los dos escenarios que se dieron.
Acompañado por un gran pero desacertado Higuaín y por Hudson-Odoi, el llamado a sustituirle si sucede el bombazo del verano, Hazard disfrutó y formó parte de un ataque fluido e incombustible que reinó durante toda la primera mitad.
Supo defender el West Ham, pero la igualdad acabó en el 24', cuando la rompió Hazard dejando atrás a cinco rivales tras arrancar desde el centro del campo. Fue uno de los goles del año en Inglaterra y acabó con homenaje en la celebración a Riquelme. Higuaín quiso aumentar la renta, pero tuvo más ganas que acierto.
No valió la reacción
Pero el Chelsea sigue siendo el Chelsea de 2019 y ni el día de Hazard pudo tapar todas sus carencias. El equipo de Sarri demostró una vez más que no funciona bajo presión y nada más encadenó el West Ham dos intentos que atajó Kepa de manera espectacular, los 'blues' se vinieron abajo.
La posesión de la segunda mitad llegó a ponerse en un 71% para los visitantes y el Chelsea pidió la hora hasta que Hazard se la dio. El '10', cuando el partido agonizaba y su equipo más sufría, recibió un balón en el área, controló de manera soberbia y definió con toda la tranquilidad del mundo, dejando claro que si el Chelsea quiere seguir en puestos Champions, deberán pasársela a él.