Un calentón innecesario que casi cuesta una Liga. El Barça estuvo muy cerca de tirar por la borda sus opciones al título en una noche que Leo Messi había convertido en plácida, pero la pereza y un fallo defensivo dio alas a un Getafe que, al final, acabó goleado ante un cuadro catalán que sigue de lleno en la pelea por volver a ser campeón.
Sabiendo de que la distancia era de ocho puntos y de su necesidad imperiosa de victoria para seguir la estela del Atleti, los pupilos de Ronald Koeman salieron a por todas y con una marcha más que su rival. Esa intensidad se vio sobre todo en un Leo Messi que estuvo desencadenado durante los primeros 45 minutos y se puso a la espalda al cuadro azulgrana para iniciar el camino a la victoria.
El astro argentino, ajeno al ruido de su futuro y de la entrada del club en la Superliga, comenzó como una moto y a los cuatro minutos ya avisó al Getafe con un espectacular disparo desde la frontal del área que encontró primero el larguero y luego la línea de meta. Toda una declaración de intenciones por parte del '10' de lo que estaba por venir.
Messi y los autogoles, protagonistas
Sin tiempo para reponerse del susto, el cuadro de Bordalás vio al astro de Rosario poner el 1-0 en el Camp Nou tras definir con un disparo combado y cruzado con su zurda una acción que inició Busquets con un pase al espacio desde muy lejos. Y es que el Getafe, pese a jugar con cinco atrás, tenía las líneas ligeramente adelantadas.
Pese a ello, el cuadro madrileño devolvió el golpe a las primeras de cambio y una jugada de Cucurella por banda izquierda finalizó con Lenglet introduciendo el esférico en su propia portería tras un remate desviado de Ángel en el interior del área.
El momentáneo empate no descentró al Barcelona, que continuó con su papel dominante (posesión cercana al 80%) y encerró a un Getafe que seguía viendo como Messi lo intentaba una y otra vez. Pero contra todo pronóstico, el 2-1 llegó de una manera inesperada, pues el cuadro azulgrana volvió a adelantarse en el electrónico con un tanto en propia puerta de Chackla tras una horrible cesión a su portero.
Una sentencia momentánea
Ese golpe fue casi definitivo y, aunque el Getafe no lo sabía en ese momento, doble. Y es que prácticamente en la siguiente jugada ofensiva, Leo Messi continuaría su recital particular con un gol de clase y carambola. El '10' enganchó una volea con la diestra que se marchó al palo, cazó el rebote y, casi sin ángulo, dio un pase a la red con su pierna zurda. 'Game, set & match' antes de un descanso tras el que ambos equipos parecieron firmar un pacto de caballeros, pero la historia todavía tenía un giro de guion guardado para la reanudación.
Y es que la segunda parte dio inicio con Ronald Koeman dando descanso a Piqué y Lenglet (con amarilla) y Bordalás sacando del césped a Maksimovic, Cucurella y Aleñá. Movimientos más que comprensibles con lo que está por venir y con la situación de un duelo en el que el dominio 'culé', sin generar ocasiones, fue en aumento.
3-2, sufrimiento y 'manita'
El porcentaje de posesión crecía y crecía y superó por momentos el mencionado 80%. El Getafe presionaba muy arriba y, aunque no generaba peligro ni hacía sufrir al Barça, se encontró de golpe y porrazo con una ocasión de oro tras un torpe penalti de Araujo sobre Enes Ünal que el propio atacante se encargaría de transformar en el 3-2 en el 69'. Había mucho partido en el Camp Nou.
Koeman, muy enfadado con Mingueza por subir en la acción previa al penalti, movió el manzano e introdujo a Umtiti, pero el cuadro azulgrana estaba totalmente desenchufado y le costaba un mundo mantener la posesión ante la presión de un Getafe que veía muy cerca el empate. Todo apuntaba a un sofocón final para el equipo de la Ciudad Condal, pero el que provocó todo el lío fue el que lo evitó, ya que Araujo, de cabeza, sentenciaba el duelo en el minuto 87' tras un saque de esquina colgado por Leo Messi.
Ya sin tiempo, un claro penalti de Chakla sobre Griezmann fue transformado por el propio jugador galo para sellar un 5-2 que deja al equipo de Ronald Koeman a cinco puntos del líder con un partido menos y, lo más importante, dependiendo de sí mismo para lograr una Liga que sigue más que apretada una jornada más.