Trifon Ivanov
Fue un gran central de una de las mejores Bulgarias que se recuerda, la de Stoichkov, Penev, Balakov, Mihailov o Kostadinov. Tuvo dos años de protagonismo en el Betis. Fuerte, expeditivo y con lo justo a la hora de manejar el balón. Su peculiar melena y barba le alejaban del ideal de futbolista, pero jugó 230 encuentros como profesional. Falleció con 50 años tras un infarto.
Serge Alain Maguy
Fue una de esas cosas sui géneris de Jesús Gil, quien lo trajo al Atlético de Madrid pensando que era el Maradona negro. Lo más característico de este chico era su fragilidad física, ni siquiera llegaba al 1,70. Jugó solo ocho partidos, fue un 'bluf'.
Jacek Ziober
Hubo unos años en los que a Osasuna le dio resultado exprimir el producto polaco. Con Jan Urban, a principio de los 90, le fue de fábula, incluso llegó a Europa. Luego llegó Kosecki, buen delantero también. La plata olímpica de Polonia valió para que los navarros firmaran dos atacantes más: Staniek y Ziober. El segundo, bajito, con más pinta de luchador que de futbolista, estuvo dos años y medio y generó 17 goles, nada mal para un equipo que peleaba por la permanencia.
Joan Capó
Su alopecia le convirtió en un portero icónico de la Liga. Se formó en la cantera del Barça y de ahí dio el salto al Centro de Deportes Sabadell, con el que hizo carrera pese a tres años de estancia en el Celta. Curiosamente, hoy en día en el Sabadell juega Pedro Capó, aunque no hay ningún parentesco entre ambos.
Emilio Peixe
Tras ser una de las claves de la Portugal campeona del mundo Sub 20, el Sevilla apostó por él. Pero los aciertos de Monchi no siempre fueron la realidad del club andaluz; apenas duró ocho partidos el centrocampista luso, algo desgarbado, y acabó abandonando la plantilla este mismo curso.
Navarro Montoya
El 'Mono' dio el salto de Boca Juniors, donde peleaba por títulos, a España, donde la salvación fue su principal objetivo con Extremadura, Mérida o Tenerife, aunque con los tres descendió. Su apariencia era singular: sin pelo por delante, con melena rizada por detrás. Siempre aparentó más edad de la que tenía.
Atila Kasac
Uno de los peores futbolistas de la historia de la Liga (12 partidos, ningún gol) en uno de los peores colistas que hubo, el Logroñés (descendió con solo dos triunfos). Aquella temporada 94-95 el delantero serbio de origen húngaro fue más protagonista por lo difícil de coleccionar su cromo que por lo que hizo en el campo.