Oviedo y Tenerife siguen sin disipar sus dudas una jornada más. Ambos conjuntos, aunque cuentan con una aceptable distancia de seguridad, está jugueteando asiduamente con las posiciones bajas de la tabla.
Un punto en el Carlos Tartiere que, quizás, benefició más a los 'chicharreros' que al propio cuadro 'carbayón'. Sin embargo, fueron ellos mismos los que pudieron autolastimarse.
Ambas ocurrieron en los primeros compases del choque, pero dado lo que se venía a continuación, fue lo más peligroso de los 90 minutos. La primera de ellas fue por un error de Braat, que entró la pelota directamente a su rival, aunque este jugó con un Enric Gallego que estaba en claro fuera de juego.
Tan solo tres minutos después, Juan Soriano emuló a su homólogo, aunque también con el mismo final. Entregó el esférico directamente a Hugo Rama, pero este desaprovechó el magnífico regalo golpeando desde larga distancia, mal y sin apenas potencia.
Nada más de sí dio la primera mitad tras esos 20 primeros minutos a un ritmo frenético. El comienzo de la segunda dejó algo más de esperanzas a los espectadores de los dos equipos, pero muy pronto se diluyeron.
Enric Gallego tuvo un remate cruzado que le sacó a las mil maravillas David Costas, que fue al cruce de forma imperial. Más tarde, Abel metió un centro medido para Manu Vallejo, que no llegó por milímetros, pero donde casi hace su trabajo Mellot, que por muy poco no metió la pelota al fondo de la portería de Juan Soriano.
Superada la hora de partido, el encuentro se convirtió en un terreno pantanoso, una bola difícil de digerir y con más imprecisiones y faltas que propio juego. Las llegas fueron muy tímidas y casi sin peligro.
Los dos conjuntos lo intentaron sin éxito y el colegiado decretó el término de los 90 minutos. Un punto para Oviedo y Tenerife, que pese a su distancia, no dejan de mirar el descenso de reojo.