Algo ha cambiado en el Madrid. Los de Zidane siguen pagando el esfuerzo de su trepidante mes de agosto y se dejaron dos puntos más en el Bernabéu ante un Levante que tiró de orden y sobriedad para generarle muchos problemas al remozado plan B del técnico francés para esta temporada.
Muñiz leyó perfectamente los inventos de Zidane, y el Levante puso en muchos problemas a un Real Madrid que echa muchísimo de menos los goles que perdió con Morata. Sin Cristiano, la carencia de un 'nueve' volvió a ser evidente, sobre todo tras la lesión de Benzema.
Bale fue el recurso de emergencia, pero el galés sigue mentalmente fuera de combate. Tuvo un mano a mano y un par de testarazos desviados, definiciones muy alejadas del futbolista diferencial que fichó el Madrid hace unos años.
Antes, un saque de banda había desnudado a la defensa del Real Madrid. Carvajal buscó avispas mientras Ivi anotaba el 0-1. Kiko Casilla tampoco entendió bien la película. El guión de la remontada se ha emitido tantas veces en el Bernabéu que nadie se inmutó. Ni siquiera Muñiz.
El Madrid, sin Isco, y con Marcelo de interior, se atascó en su fútbol. Llegaba por inercia y calidad ante un Levante que acumulaba hombres, pero lo hacía con sentido. Lucas Vázquez rescató al equipo blanco antes del descanso aprovechando otra buena parada de Raúl Fernández, el héroe granota del día en su 108 cumpleños como club.
El gol del empate propició una inercia favorable en los minutos finales del primer acto, pero Bale no es Cristiano y tampoco es 'nueve'. Perdonó un claro mano a mano antes de coger el camino de los vestuarios.
Se palpaba la remontada en el ambiente, pero el paso de los minutos fue desquiciando a un Madrid que no tenía a Morata en el banquillo. Con Cristiano en la grada y Benzema en la enfermería, la tarea recayó en los secundarios. Asensio no siempre lleva capa, Bale parece haberla perdido y a Ramos le falta ángel.
El goteo de ocasiones continuó, de hecho se jugó más tiempo en la frontal granota que en otra parte. Raúl era un muro infranqueable y los minutos fueron desesperando al Madrid. Zidane tiró de Isco y Kovacic. El malagueño ofreció algo diferente, pero se vio falto de socios.
Marcelo y Theo se anularon mutuamente y Carvajal estaba en uno de esos días. Y aún así, el Madrid mereció ganar. Como ante el Valencia, el palo evitó que los tres puntos se quedaran en el Bernabéu. Lo que antes entraba, ahora no. Y los puntos que antaño sumaron, ahora se han ido. La noria de la épica es así. El disparo de Kroos besó la madera y se marchó por línea de fondo. El Levante contuvo la respiración en unos segundos eternos antes de celebrar que siguen invictos en Liga tras pasar por Chamartín.
El Madrid, cuyo desquicio se ejemplificó en la expulsión absurda de Marcelo por una patadita a Lerma desde el suelo, se sigue diluyendo en este inicio de campeonato tras dejarse cuatro puntos consecutivos en casa. Al menos, ya vuelve Cristiano, y él siempre lleva capa.