Sufrió, pero ganó. Con esa buena noticia debió quedarse Santiago Solari después de estrenarse en el Santiago Bernabéu con una victoria ante un brillante Real Valladolid, que durante muchos minutos coqueteó con el triunfo en el templo blanco. Solari apostó por un once reconocible pese a las bajas, aunque tuvo que tirar de la segunda unidad para desatascar el partido.
Y ahí apareció Vinicius, que ahora mismo es la gran esperanza blanca. El brasileño firmó la jugada del 1-0 para alumbrar el debut de su entrenador, con el que se abrazó como si de un padre se tratara. Fue un impulso para el atacante y para el argentino, que durante muchos minutos tragó saliva ante los pitos que llegaron desde la grada.
LA IMAGEN. El ABRAZO de Vinicius con Solari tras el PRIMER GOL del Real Madrid. pic.twitter.com/HRSYCAbCHu
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) 3 de noviembre de 2018
Tuvo una buena puesta en escena el Madrid. En defensa, un 4-5-1 que no renegó a la presión adelantada mientras el físico sostuvo a los futbolistas. En ataque, Solari apostó por un 4-3-3 claro y ofensivo, con Bale en la derecha y Asensio en la izquierda, ambos muy abiertos a los costados para encontrar soluciones.
Arriba, Benzema, que en esta ocasión disfrutó de un Modric mucho más cercano. Fue una de las grandes novedades del boceto de Solari, que prefirió situar al croata en la proximidad del área. Parece que el argentino quiere que Modric sea más efectivo en el último pase o el remate que en la construcción. El subcampeón del mundo, por cierto, estuvo arropado por Kroos y Casemiro.
No obstante, a partir de la media hora el Valladolid dio un paso adelante y el Madrid, lejos de presionar, se limitó al repliegue. Ya en la segunda parte, antes del 1-0 blanco, el equipo volvió a mostrar las mismas carencias que con Lopetegui. Se partió, sus líneas estuvieron muy separadas y solo la aparición de Vinicius -y la fortuna- ayudaron a que Solari se fuera a casa con una sonrisa.