El sueco fue el héroe de los suyos al anotar los dos tantos de la victoria (ambos de penalti con uno a lo Panenka incluido) ante Portand Timbers. Pero pudieron ser tres.
Ibra ya nos tiene acostumbrados a sacarse remates de todos los colores. Su pierna surcando los cielos y encontrando balones imposibles para el resto de los mortales es ya una estampa habitual. Y no por ello debemos dejar de darle el valor y el mérito que merece.
En esta ocasión, ni la férrea oposición del defensa pudo con Zlatan. El zaguero rodeó su cintura con el brazo e inmovilizó a un Ibrahimovic al que poco le importó. Levantó su pierna derecha y, de forma acrobática, dirigó el balón a portería. Solo el palo nos libró de otra obra de arte del delantero.
1 de abril de 2019