La vida del portero no entiende de grises; es héroe o villano no solo según el partido, sino incluso dentro de diferentes tramos del encuentro. Yann Sommer fue la viva imagen de ello en la visita al Allianz Arena.
El meta del 'Gladbach, uno de los mejores del curso en la Bundesliga, demostró esa etiqueta en el ecuador de la primera mitad, cuando a Lucas Hernández le cayó un balón en el área solo ante él. Disparó el hispanofrancés y el suizo le adivinó las intenciones salvando un gol cantado.
El Borussia Monchengladbach estaba dando guerra y esa parada le espoleó. Sin embargo, minutos después Sommer se complió él solo sin necesidad. Escorado dentro del área, arriesgó con un pase horizontal innecesario que fue directo a los pies de Zirkzee, quien disparó a placer para hacer el 1-0 del choque.
Por suerte para el arquero, once minutos después Pavard se introdujo en su propia meta un balón que intentaba despejar tras centro lateral.