Aunque obviamente participó activamente en la lesión del luso, todo lo apreciado por televisión lleva a convenir que la intención del futbolista del Tottenham era únicamente la de frenar su avance, no hacerle daño.
En cuanto se acercó a pedirle perdón y vio el estado de la pierna derecha de André Gomes, Son tomó conciencia de lo que había ocurrido. Se echó las manos a la cabeza y su rostros transmitía la gran pena de haber participado de lo ocurrido.
Se marchó llorando a vestuarios después de ver una roja que en ese momento ni siquiera le ocupaba. Solo quería rebobinar y evitar lo que había pasado. Al término del choque, sus compañeros intercedieron por él.
"Son está destrozado, no para de llorar, pero no es culpa suya. Es uno de los tipos más buenos que he conocido en mi vida", aseguró Dele Alli, autor del 0-1.
3 de noviembre de 2019
Por su parte, Mauricio Pochettino insistió en la idea de que el delantero estaba "destrozado". Cuando lo ves por televisión te das cuenta de que no tenía intención de hacer nada. Ha sido muy mala suerte para el jugador y para el Everton", amplió.
Además, quiso dar las gracias al capitán del Everton, Seamus Coleman, "por haber venido al vestuario del Tottenham a intentar consoltar a Son".
Desde el momento de la lesión, como explicó el propio Dele Alli, el fútbol ya no existió. "No he querido mirar todo lo que estaba pasando. Nos hemos desconectado y nos han empatado", subrayó.