A ningún jugador le gusta ver los toros desde la barrera, pero todo pasa más ameno ante semejante espectáculo de Ángel Di María, que se echó el equipo a la espalda en Niza.
El argentino anotó dos goles en apenas siete minutos de la primera mitad, aupando al PSG hasta a una ventaja de 0-2 al descanso.
El segundo del 'Fideo', culminado con una vaselina que heló a un hiperactivo Benítez, silenció al Allianz Riviera y creó una atmósfera de celebración en el banquillo de parisino.
En él, los nada habituales suplentes Verrati y Mbappé sólo pudieron sonreír ante la genialidad de su compañero. Nada mejor que encontrar el reconocimiento de un crack.
18 de octubre de 2019