Consiguió Osasuna tres puntos vitales por la salvación en campo propio, una victoria que, por contra, deja al Espanyol en una situación más que complicada por la permanencia en Primera División.
Los de Abelardo Fernández aterrizaron en El Sadar con la firme intención de regresar a casa con la victoria bajo el brazo, cargados de confianza tras el destacado 1-1 ante el Atlético de Madrid del Cholo Simeone de la pasada jornada.
Pero los de Jagoba Arrasate tenían mucho fútbol que ofrecer en su templo y, tras 45 minutos con las ocasiones repartidas en ambas áreas, en la segunda mitad el protagonismo se centró en la portería de Diego López.
Apenas tres minutos después del ecuador del partido, el meta espanyolista, sin duda el mejor de su equipo, se sacó de la manga una intervención sensacional para enviar a córner un potente cabezazo de Brasanac, volando por los aires para evitar el primer tanto en contra, un gol que no tardó en llegar.
De hecho, fue prácticamente en la siguiente jugada cuando Osasuna estrenó su marcador, después de que Ricardo de Burgos Bengoetxea señalara penalti tras una mano clara de Víctor Sánchez dentro del área, que la quiso dejar pasar y terminó golpeando él mismo el esférico con el brazo. Inexplicable.
Desde los once metros, a Roberto Torres no le tembló el pulso, ni mucho menos, puesto que superó a Diego López a lo Panenka con una ejecución maravillosa de la pena máxima.
Con el 1-0 en el luminoso, el meta 'perico' evitó un marcador mucho más abultado de los rojillos, con Darder, Raúl de Tomás y compañía buscando sin descanso la portería defendida por Rubén Martínez, pero sin fortuna en la puntería.
Segunda amarilla y expulsión
Con el minuto 59 en marcha, Diego López vio la cartulina amarilla por protestar, una tarjeta que sentenciaría al guardameta minutos después, sin ser consciente en esos momentos de las consecuencias que tendrían sus palabras hacia De Burgos Bengoetxea.
Porque en el 82' el colegiado le mostró al arquero espanyolista la segunda amarilla, provocando su expulsión, dejando a los suyos con un hombre menos y obligando a Cabrera a colocarse en su lugar bajo palos.
¿El motivo? Una polémica jugada. El guardameta español saltó con todo para atajar un balón peligroso sobre la línea frontal del área, pero el colegiado señaló mano fuera del área. Pese a que el pie de Diego López sí que estaba fuera del área, el balón, que es el que determina la legalidad de la acción, parecía estar sobre la línea.
Sin tiempo para más, el duelo concluyó con la polémica jugada todavía en la memoria de los 'pericos', que no consiguen abandonar la última plaza de la clasificación, con tan solo 20 puntos en sus manos. Por su parte, Osasuna se eleva hasta la undécima plaza con 34 puntos, nueve por encima del descenso.