Tras el triple pitido, el que marcó el final del partido, de la eliminatoria, y del paso del Barcelona por la Champions League esta temporada, la euforia se desató en Anfield.
La grada estalló de júbilo. Por segundo año consecutivo, su equipo, el Liverpool, alcanzaba la gran final. Los jugadores reían, como Salah, ausente por lesión, en la bocana del túnel de vesutarios.
7 de mayo de 2019
Otros lloraban, como Wijnaldum, el héroe de la noche junto a Origi. Dos actores secundarios con ganas de protagonismo, que le hicieron los cuatro goles al Barcelona.
Los jugadores del Liverpool hacían piña, se amontonaban celebrando el sufrido triunfo. Y la imagen viva de la euforia contrastaba con la de la desolación. Con la cara de Leo Messi abandonando, abatido, el terreno de juego.
7 de mayo de 2019
Su cara tras el cuarto gol, un gol infantil que sentenció al Barcelona, reflejaba el sentir del barcelonismo. La incredulidad ante algo que sólo los más agoreros habían visto venir.
La voz entrecortada de Sergio Busquets tras el partido, la entrevista más difícil de su carrera sin duda, también lo dijo todo. ¿Qué respondes cuando el sueño de la temporada se ha esfumado en 90 minutos?
7 de mayo de 2019
Lágrimas de alegría bañaron el césped de Anfield esta noche de martes. Otras, de desolación, las gradas. Algunos aficionados del Barça desplazados a Liverpool no pudieron contener el llanto al presenciar cómo volvía a pasar 'lo de Roma', un año después.
El Liverpool es el primer finalista de la presente Champions League, y se medirá en el Wanda Metropolitano a Ajax o Tottenham.