No importan los años que pasen. Sorín es incapaz de no ir a por una pelota que ve suelta, incluso si está en mitad de la calle. Y lo hace con una amplia sonrisa si encima es para hacer feliz a un niño.
El ex jugador argentino se encontraba paseando por las calles de Quito cuando se detuvo en una plaza a jugar con un joven. Sólo unos pocos reconocieron al ex internacional, que se puso a dar toques al balón con mucha tranquilidad.
Y es que, además del partido amistoso que disputó con Mushuc Runa, Sorín se llevó muchos recuerdos del pueblo indígena ecuatoriano. Un trepidante viaje que empezó con un simple partido.
2 de febrero de 2019
3 de febrero de 2019