Necesitaba ganar el CSKA en el Bernabéu para poder sellar su pase a octavos, algo que, a priori no era un reto fácil, pero, además, debía esperar buenas noticias de la República Checa.
Se dio lo primero, pero no lo segundo. Los rusos asaltaron el feudo blanco con un festín de goles, pero el Viktoria Plzen hizo lo propio ante la Roma.
El Real Madrid, pese a que comenzó el encuentro bastante enchufado, no creó demasiado peligro sobre la portería de Akinfeev. Mientras los de Solari parecían hacerse dueños del partido, con un Vinicius en modo estrella, el CSKA aguardaba atrás su oportunidad.
Y así lo hizo. El Madrid puso las ocasiones, con un Asensio que tuvo un par de ellas claras, y un Vinicius que fue el mejor de los blancos, pero los rusos aprovecharon su momento.
La sorpresa saltó en el minuto 37 cuando Chalov, en la primera llegada del CSKA, se sacó de la chistera un disparo espectacular que hizo inservible la estirada de Thibaut Courtois. Cuando el Madrid trataba de igualar la contienda antes del descanso, el cuadro ruso metió el segundo.
Fue Schennikov el que amplió la ventaja de los suyos dos minutos antes del paso por vestuarios. El segundo tanto de los rusos dejó en evidencia a la defensa blanca, nada acertada durante todo el encuentro.
Descanso y sin reacción blanca
Santiago Solari movió el banquillo, metiendo a Bale en el campo para tratar de dar la vuelta al marcador, pero el galés tampoco tuvo su día. Además de no aportar nada al ataque blanco, dio el susto por un golpe en el tobillo.
Mientras Isco y Asensio trataban de hacer la guerra por su cuenta, y ya con Kroos en el terreno de juego como un nuevo intento de Solari de buscar la remontada, el CSKA puso la puntilla con el tercero. Un tanto, el de Sigurdsson, que levantó a muchos aficionados blancos de sus asientos, que no se creían lo que estaban viendo.
Los últimos minutos del partido sirvieron para ver cómo el Madrid se desesperaba en el campo y cómo el CSKA, pese a su asalto al Bernabéu, se quedaba fuera de Europa. Un triunfo, el ruso, que deja en evidencia al Madrid y sin premio a los de Goncharenko.