En la grada del Molineux Stadium no sentó nada bien los dos goles que consiguió Raheem Sterling ante los Wolves. De hecho, en la celebración del segundo, varios objetos cayeron a la grada.
Uno de ellos fue de lo más curioso, pues algún aficionado pensó que era una buena idea tirarle la petaca donde había introducido la bebida en el estadio.
El objeto no llegó a impactar en ninguno de los jugadores, pero no es la primera vez que ocurre este tipo de elementos. Ya en el derbi de Mánchester varias botellas llegaron hasta el rectángulo de juego.